VERDADERA HISTORIA DE LOS SUCESOS DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA, POR EL CAPITÁN BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, UNO DE SUS CONQUISTADORES.

CAPÍTULO CC. De los gastos que el marqués don Hernando Cortés hizo en las armadas que envió a descubrir, y como en todo lo demás no tuvo ventura; e he menester volver mucho atrás de mi relación para que bien se entienda lo que ahora dijere.

En el tiempo que gobernaba la Nueva España Marcos de Aguilar por virtud del poder que para ello le dejó el licenciado Luis Ponce de León al tiempo que falleció, según ya lo he declarado muchas veces antes que Cortés fuese a Castilla, envió el mismo marqués del Valle cuatro navíos que había labrado en una provincia que se dice Zacatula, bien bastecidos de bastimento y artillería, con buenos marineros y con ducientos y cincuenta soldados, y mucho rescate de cosas de mercería de Castilla, y todo lo que era menester de vituallas y pan bizcocho para más de un año, y envió en ellos por capitán general a un hidalgo que se decía Albarado de Saavedra; fueron su viaje y derrota para las islas de los Malucos y Especería o la China, y este fue por mandado de su majestad, que se lo hubo escrito a Cortés desde la ciudad de Granada en 22 de junio de 1526 años; y porque Cortés me mostró la misma carta a mí y a otros conquistadores que le estábamos teniendo compañía, lo digo y declaro aquí; y aun le mandó su majestad a Cortés que a los capitanes que enviase, que fuesen a buscar una armada que había salido de Castilla para la China, e iba en ella por capitán un frey don García de Loaysa, comendador de San Juan de Rodas; y en esta sazón que se apercebía el Saavedra para el viaje, aportó a la costa de Guantepeque un patache, que era de los que habían salido de Castilla, con la armada del mismo comendador que dicho tengo, y venía en el mismo patache por capitán un Ortuño de Lango, natural de Portugalete; del cual dicho capitán y pilotos que en el patache venían se informó el Álvaro de Saavedra Cerón de todo lo que quiso saber, y aun llevó en su compañía a un piloto y a dos marineros, y se lo pagó muy bien, porque volviesen otra vez con él, y tomó plática de todo el viaje que habían traído y de las derrotas que habían de llevar.

Y después de haber dado las instrucciones y avisos que los capitanes y pilotos que van a descubrir suelen dar en sus armadas, después de haber oído misa y encomendádose a Dios, se hicieron a la vela en el puerto de Esguatanejo, que es la provincia de Colima o Zacatula, que no lo sé bien, y fue en el mes de diciembre en el año de 1527 o 28, y quiso nuestro Señor Jesucristo encaminalles, que fueron a los Malucos e a otras islas; y los trabajos y hambres y dolencias que pasaron, y aun muchos que se murieron en aquel viaje, yo no lo sé; mas yo vi dende a tres años en Méjico a un marinero de los que habían ido con el Saavedra, y contaba cosas de aquellas islas y ciudades donde fueron, que yo me estaba admirado; y estas son las tierras e islas que ahora van desde Méjico con armada a descubrir y tratar; y aun oí decir que los portugueses que estaban por capitanes en ellas, que prendieron al Saavedra o a gente suya y que los llevaron a Castilla, o que tuvo dello noticia su majestad; y como ha tantos años que pasó y yo no me hallé en ello, más de, como tengo dicho, haber visto la carta que su majestad escribió a Cortés, en esto no diré más.