VERDADERA HISTORIA DE LOS SUCESOS DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA, POR EL CAPITÁN BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, UNO DE SUS CONQUISTADORES.

CAPÍTULO LXXXI. Como enviaron los de Cholula cuatro indios de poca valía a desculparse por no haber venido a Tlascala, y lo que sobre ello pasó.

Ya he dicho en el capítulo pasado cómo envió nuestro capitán mensajeros a Cholula para que nos viniesen a ver a Tlascala; e los caciques de aquella ciudad, como entendieron lo que Cortés les mandaba, parecióles que sería bien enviar cuatro indios de poca valía a desculparse e decir que por estar malos no venían, y no trujeron bastimento ni otra cosa, sino así secamente dieron aquella respuesta; y cuando vinieron aquellos mensajeros estaban presentes los caciques de Tlascala, e dijeron a nuestro capitán que para hacer burla dél y de todos nosotros enviaban los de Cholula aquellos indios, que eran macegales e de poca calidad. Por manera que Cortés les tornó a enviar luego con otros cuatro indios de Cempoal a decir que viniesen dentro de tres días hombres principales, pues estaban cuatro leguas de allí, e que si no venían, que los ternía por rebeldes; y que cuando vengan, que les quiere decir cosas que les convienen para salvación de sus ánimas, y buena policía para su buen vivir, y tenellos por amigos y hermanos, como son los de Tlascala, sus vecinos; y que si otra cosa acordaren, y no quieren nuestra amistad, que nosotros no por eso los procuraríamos de descomplacer ni enojarles.

Y como oyeron aquella amorosa embajada, respondieron que no habían de venir a Tlascala, porque son sus enemigos, porque saben que han dicho dellos y de su señor Montezuma muchos males, y que vamos a su ciudad y salgamos de los términos de Tlascala; y si no hicieren lo que deben, que los tengamos por tales como les enviamos a decir. Y viendo nuestro capitán que la excusa que decían era muy justa, acordamos de ir allá; y como los caciques de Tlascala vieron que determinadamente era nuestra ida por Cholula, dijeron a Cortés: «Pues que así quieres creer a los mejicanos, y no a nosotros, que somos tus amigos, ya te hemos dicho muchas veces que te guardes de los de Cholula y del poder de Méjico; y para que mejor te puedas ayudar de nosotros, te tenemos aparejados diez mil hombres de guerra que vayan en vuestra compañía»; y Cortés les dio muchas gracias por ello, e consultó con todos nosotros que no sería bueno que llevásemos tantos guerreros a tierra que habíamos de procurar amistades, e que sería bien que llevásemos dos mil, y estos les demandó, y que los demás que se quedasen en sus casas. E dejemos esta plática, y diré de nuestro camino.