Los Miserables
Autor: Víctor Hugo
Tercera Parte: Marius
Libro segundo
El gran burgués
Cap III : Luc-Esprit.
A los dieciséis años, una noche, en la Ópera, dos bellezas, maduras a la sazón y a quienes había celebrado y cantado Voltaire, la Camargo y la Sallé, le hicieron el honor de echarle el ojo con los prismáticos las dos al tiempo. Atrapado entre dos fuegos, llevó a cabo una retirada heroica hacia una bailarina del cuerpo de baile, una muchachita que se llamaba Nahenry y tenía dieciséis años como él, a quien no conocía nadie y de la que estaba enamorado. Le rebosaban recuerdos. Exclamaba: «¡Qué bonita estaba aquella Guimard-Guimardini-Guimardinilla la última vez que la vi en Longchamps, con esos rizos de sentimientos elevados, esas bagatelas de turquesas, ese vestido color de advenediza y ese manguito de revuelo!». Había llevado en la adolescencia una chaqueta de paño londrino de la que hablaba con frecuencia y efusivamente. «Iba vestido como un turco del Levante levantino», decía. La señora de Boufflers, quien lo vio por casualidad a los veinte años, lo llamó «loco encantador». Lo escandalizaban todos los apellidos que veía metidos en política y en el poder pues le parecían de baja estofa y de clase media. Leía los periódicos, los noticieros, las gacetas, como decía él, conteniendo las carcajadas. «¡Ay! —decía—. Pero ¿quiénes son ésos? ¡Corbière, Humann, Casimir Périer! ¡Y esas gentecillas son ministros! Me imagino que pusiera en un periódico: ¡Señor Gillenormand, ministro! ¡Menuda guasa! Bueno, pues son tan tontos que colaría». Les daba, sin empacho, a todas las cosas el nombre correspondiente, el conveniente o el inconveniente, y no le importaba que hubiera señoras delante. Decía groserías, obscenidades y cochinadas poniendo en ello un algo de despreocupación y falta de extrañeza que resultaba elegante. Era desenfadado al estilo de su siglo. Hay que hacer constar que los tiempos de las perífrasis en verso fueron los tiempos de las crudezas en prosa. Su padrino predijo que sería hombre de ingenio y le puso estos dos nombres significativos: Luc-Esprit.