VERDADERA HISTORIA DE LOS SUCESOS DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA, POR EL CAPITÁN BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, UNO DE SUS CONQUISTADORES.

CAPÍTULO CCI. Cómo en Méjico se hicieron grandes fiestas y banquetes por alegría de las paces del cristianísimo emperador nuestro señor, de gloriosa memoria, con el rey Francisco de Francia, cuando las vistas de Aguas Muertas.

En el año de 38 vino nueva a Méjico que el cristianísimo emperador nuestro señor, de gloriosa memoria, fue a Francia, y el rey Francisco de Francia le hizo gran recebimiento en un puerto que se dice Aguas-Muertas, donde se hicieron paces y se abrazaron los reyes con gran amor, estando presente madama Leonor, reina de Francia, mujer del rey Francisco y hermana del Emperador, de felice recordación, nuestro señor, donde se hizo gran solenidad y fiestas en aquellas paces, y por honra y alegría dellas, el virrey don Antonio de Mendoza y el marqués del Valle y la real audiencia y ciertos caballeros conquistadores hicieron grandes fiestas.

En esta sazón habían hecho amistades el marqués del Valle y el visorey don Antonio de Mendoza, que estaban algo amordazados sobre el contar de los vasallos del marquesado y sobre que el Virrey favoreció mucho al Nuño de Guzmán para que no pagase la cantidad de pesos de oro que se debía a Cortés desde el tiempo que fue el Nuño de Guzmán presidente en Méjico; y acordaron de hacer grandes fiestas y regocijos, y fueron tales, que otras como ellas, a lo que a mí me parece, no he visto hacer en Castilla, así de justas y juegos de cañas, correr toros, encontrarse unos caballeros con otros, y otros grandes disfraces que había; e todo esto que he dicho no es nada para las muchas invenciones de otros juegos, como se solían hacer en Roma cuando entraban triunfando los cónsules y capitanes que habían vencido batallas, y los epitafios y carteles que sobre cada cosa había; y el inventor de aquellas cosas fue un caballero romano que se decía Luis de León, persona que decían que era de linaje de los patricios, natural de Roma; y es, que como se acabaron de hacer las fiestas, mandó el Marqués apercebir navíos y matalotaje para ir a Castilla, para suplicar a su majestad que le mandase pagar algunos pesos de oro de los muchos que había gastado en las armadas que envió a descubrir; y porque tenía pleitos con Nuño de Guzmán, que en aquella sazón le envió preso al Nuño de Guzmán el audiencia real a España, y también tenía pleitos sobre el contar de los vasallos; y entonces Cortés me rogó a mí que fuese con él, y que en la corte demandaría mejor mis pueblos ante los señores del real consejo de Indias que no en la audiencia real de Méjico; y luego me embarqué y fui a Castilla, y el Marqués no fue de ahí a dos meses, porque dijo que no tenía allegado tanto oro como quisiera llevar, y porque estaba malo del empeine del pie, del caño que le dieron, y esto fue en el año de 540; y porque el año pasado de 539 falleció la serenísima emperatriz nuestra señora, doña Isabel, de gloriosa memoria, la cual falleció en Toledo en 1º día del mes de mayo, y fue llevado a sepultar su cuerpo a la ciudad de Granada, y por su muerte se hizo gran sentimiento en la Nueva España, y se pusieron todos los más conquistadores grandes lutos, e yo, como regidor que era de la villa de Guacacualco e conquistador más antiguo, me puse grandes lutos, y con ellos fui a Castilla.