VERDADERA HISTORIA DE LOS SUCESOS DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA, POR EL CAPITÁN BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, UNO DE SUS CONQUISTADORES.
CAPÍTULO CLV. Cómo fue Gonzalo de Sandoval contra las provincias que venían a ayudar a Gualemuz.
Y para que esto se entienda bien, es menester volver algo atrás a decir desde que a Cortés desbarataron y se llevaron a sacrificar sesenta y tantos soldados, y aun bien puedo decir sesenta y dos, porque tantos fueron después, que bien se contaron. Y también he dicho que Guatemuz envió las cabezas de los caballos y caras que habían desollado, y pies y manos de nuestros soldados que habían sacrificado, a muchos pueblos y a Matalacingo y Malinalco, y les envió a hacer saber que ya había muerto la mitad de nuestras gentes, y que les rogaba que para que nos acabasen de matar, que le viniesen a ayudar, e que darían guerra en nuestros reales de día y de noche, y que por fuerza habíamos de pelear con ellos por defenderse; e que cuando estuviésemos peleando, saldrían ellos de Méjico y nos darían guerra por otra parte, de manera que nos vencerían, y tenían que sacrificar muchos de nosotros a sus ídolos, y harían hartazga con nuestros cuerpos. De tal manera se lo envió a decir, que lo creyeron y tuvieron por cierto; y demás desto, en Matalacingo tenía el Guatemuz muchos parientes por parte de la madre, y como vieron las caras y cabezas que dicho tengo, y lo que les envió a decir, luego pusieron por la obra de se juntar con todos sus poderes que tenían, y de venir en socorro de Méjico y de su pariente Guatemuz, y venían ya de hecho contra nosotros, y por el camino por donde pasaron estaban tres pueblos, y les comenzaron a dar guerra y robaron las estancias, y robaron niños para sacrificar; los cuales pueblos enviaron a se lo hacer saber a Cortés para que les enviase ayuda y socorro; y como lo supo, de presto mandó a Andrés de Tapia, y con veinte de a caballo y cien soldados y muchos amigos les socorrió muy bien y les hizo retraer a sus pueblos, con mucho daño que les hizo, y se volvió al real; de que Cortés hubo mucho placer y contentamiento.
Y después desto, en aquel instante vinieron mensajeros de los pueblos de Cuernabaca a demandar socorro, que los mismos de Matalacingo, de Malinalco y otras provincias venían sobre ellos, e que enviase socorro; y para ello envió a Gonzalo de Sandoval con veinte de a caballo y ochenta soldados, los mas sanos que había en todos tres reales, y muchos amigos; y sabe Dios cuáles quedábamos con gran riesgo de nuestras personas, porque todos los mas estábamos heridos muy malamente y no teníamos refrigerio ninguno. Y porque hay mucho que decir en lo que Sandoval hizo en el desbarate de los contrarios, se dejará de decir, mas de que se vino muy de presto por socorrer a su real, y trajo dos principales de Matalacingo consigo, y los dejó más de paz que de guerra; y fue muy provechosa aquella entrada que hizo, lo uno por evitar que a muchos amigos no se les hiciese ni recibiesen más daño, y lo otro porque no viniesen a nuestros reales, como venían de hecho, y porque viese Guatemuz y sus capitanes que no tenían ya ayuda ni favor de aquellas provincias; y también cuando con ellos estábamos peleando nos decían que nos habían de matar con ayuda de Matalacingo y de otras provincias, e que sus dioses se lo habían prometido así.