Fausto – Johann Wolfgang Von Goethe
Bodega subterránea de Auerbach, en Leipzig
Alegres bebedores.
Frosch
¿Nadie bebe? ¿Nadie ríe?
¡No me pongáis esa cara!
Estáis hoy callados, lacios
cual montón de húmeda paja.
Brander
Tuya es la culpa que no haces
ni una sandez, ni una chanza.
Frosch, vaciándole un vaso de vino en la cabeza.
¡Ahí tienes las dos!
Brander
¡Puerco!
Frosch
¡Eso era lo que anhelabas!
Siebel
Fuera al punto quien se enoje.
Cantad con todas las ganas,
bebed, gritad. ¡Hola! ¡Oh! ¡Hola!
Altmayer
¡Ay de mí! ¡Un algodón traigan
que me parte las orejas!
Siebel
En el sonar las murallas,
se nota toda la fuerza
de un buen bajo.
Frosch
Fuera salga
quien por algo se enojare.
¡Ta-ra-ra-ra!
Altmayer
¡Ta-ra-ra!
Frosch
¡Buenas están las gargantas!
¡Cantad!
El Santo Romano Imperio,
¿cómo diantres se sostiene?
Brander
¡Qué grima, canto político!
Cada día, a Dios dad gracias
que cuidar del Santo Imperio
a vosotros no tocara.
No ser uno emperador
ni canciller es ganancia;
mas como ha de haber un jefe
nos elegiremos Papa.
¡Ya sabéis cómo tal cosa
al hombre adorna y ensalza!
Frosch, canta.
¡Señor ruiseñor arriba
y a mi amante saludad!.
Siebel
¡Saludos a la querida!
¡Olvídense tales mandrias!
Frosch
A la querida, saludos
y besos, pese a tu rabia.
(Canta?)
¡Abrid! Muda está la noche
¡Abrid! ¡Tu amante ya espía!
¡Cerrad! ¡Que ya viene el día!
Siebel
¡Sí, cántala como quieras
y dale mil alabanzas!
Vendrá tiempo en que yo ría.
A mí me engañó, la ingrata,
y hará contigo lo propio.
Por amante, esa muchacha,
tenga un kobold que la lleve
entre las encrucijadas;
un chivato, cuando vuelva…